Antes de meternos de lleno en el tema que nos interesa hoy, os voy a dejar una reflexión sobre porque no nos debe importar enseñar la teta a la hora de dar el pecho.
No hace falta esconderse y dar el pecho sin enseñar la teta.
Quiero que antes de todo, este concepto quede claro. El pecho de la mujer es una característica biológica con la que nacemos, que ha sido creada con el único propósito de amamantar a nuestras crías.
No se ha creado para ser un objeto sexual, ni para ser un reclamo, ni para crear una figura específica en nuestro cuerpo.
Nosotras tenemos pecho y glándulas mamarias con el único propósito de que los hijos a los que demos luz, tengan un alimento adecuado para ellos.
Hay gente que aún así prefiere dar el pecho sin enseñar la teta.
De esto ya os hablé en el post sobre dar la teta en público, y entiendo perfectamente que haya gente que se sienta incómoda dando el pecho delante de otras personas.
Por ello, os voy a traer una pequeña lista de tips y consejos, más o menos cómodos para madre y bebé, para que podáis dar el pecho sin enseñar la teta y sentiros así más cómodas lactando fuera de casa.
Ideas para dar el pecho sin enseñar la teta.
Las salas de lactancia, tus mejores amigas.
Si, brillan por su ausencia, y la mayoría son más baños públicos o zulos que agradables salas de lactancia. Pero, aunque pocas, también existen y por suerte cada vez más centros comerciales y lugares públicos se animan a reservar una pequeña zona y habilitarla para que sea agradable dar el pecho sin tener que estar nerviosa por si alguien te pueda ver el pecho.
Os animo a buscarlas en centros comerciales y de ocio, a lo mejor os sorprenden para bien. En Ikea desde luego suelen tener unas salas de lactancia muy agradables, preparadas para dar el pecho, el biberón o cambiara tu bebé en un entorno relajado.

Busca el lugar adecuado.
Otro gran truco es buscar, dentro del lugar en el que estás una zona más resguardada y apartada de miradas no deseadas.
Busca una mesa al final de la sala, sitúate de cara a una pared, un sillón apartado, un banco al final del parque o una sala privada en un restaurante.
Si buscas lugares con poca gente, habrá menos posibilidades de que nadie te vea la teta dando el pecho.
Yo llegó un momento en el que ya no me escondía por ningún lado, porque era agotador, y luego te das cuenta de que realmente nadie te mira, y si alguien cruza la mirada contigo y se dan cuenta de que estás lactando, suelen apartar la mirada.

Pero me gusta mucho escabullirme en los decorados que tiene Ikea a modo de ejemplo de viviendas, encontrar ese lugar que parece tu propio hogar, y dar el pecho tranquila.
El porteo, tu mejor amigo para dar el pecho sin enseñar (mucha) teta.
Pues si amigas, el porteo no es sólo maravilloso para poder hacer cosas mientras mantenéis a vuestro bebé cerca y es una fantástica manera de desplazarse con hijos, sino que es un gran aliado de la lactancia materna si nos preocupan las miradas.
Con cualquier método de porteo, ya sea la bandolera, el fular, la camiseta crisálida, la mochila, el mei tai… con todos es posible dar el pecho mientras porteas, y tienes la ventaja de que el propio bebé y parte del fular/mochila/etc te tapa de las miradas.

Os recomiendo que si porteais, una vez dominéis la técnica de dar el pecho y como poneros al bebé en la mochila/fular, os animéis a probar a darle el pecho en la misma. Os va a sorprender lo útil que es, y lo discreto que puede llegar a ser.
Yo vuelvo todos los días de la escuela infantil con mi hija al pecho, y hasta que no tengo a alguien pegado encima (en el ascensor de casa), y muchas veces ni por esas, se dan cuenta que va mamando.
Usa a tu pareja (o tu madre, o tu amiga) de escudo.
En mi caso muchas veces usaba a SantoPadre como escudo, o más bien él adoptaba ese rol. Al principio, con una niña que no había cumplido el mes en pleno invierno, dar el pecho en la calle suponía todo un circo.
La sacaba del capazo, me abría mi abrigo, sacaba la teta de entre mil capas de ropa y procedía a darle el pecho, mientras mi pareja se plantaba delante de mí, para escudarme un poco del frío, de enseñar algo de pecho (pero si no había narices a ver nada!) y estar ahí para lo que pudiera necesitar.
Si estáis en un lugar público y no os sentís muy cómodas dando el pecho y que algún desconocido pueda ver algo, podéis pedir a vuestros acompañantes que se sienten estratégicamente delante de ti para que nadie vea nada.
Cobertores, mantas y otros trapos inútiles para la lactancia.
De todas las formas, tejidos, colores y patrones hay cobertores de lactancia, para cubrir a tu bebe, dar el pecho y no enseñar ni la teta ni el bebé y según que modelo te puede tapar a ti y a todos los invitados de una boda boho chic.

Desde ligeras muselinas, hasta auténticas carpas de circo, hay de todo en el mercado, y si me preguntáis a mi… innecesarias, sobrevaloradas y un auténtico agobio para vuestros bebés.
Yo he de reconocer que tenía una que me regalaron, la usé una vez fuera de casa y dije, nunca más. Eso era incómodo, no me dejaba ver a la niña y agobiaba más que ayudaba.
Lo he puesto en último lugar, porque a pesar de ser de los métodos más efectivos para no enseñar teta (ni cuerpo, ni bebé, ni cabeza) mientras das el pecho, me parece una exageración, un enorme engorro, una incomodidad para vuestro bebé y un auténtico despropósito. No os verán el pecho, pero creedme que todo el mundo se va a girar a ver que narices le pasa a esa mujer que se ha tapado con una sábana en medio de un restaurante.
Ninguna madre debería preocuparse porque se le vea el pecho.
No quería finalizar este post, que he escrito porque he visto que muchas mamás llegáis a mi blog buscando como poder dar el pecho sin enseñar teta, haciendo una reflexión.
El hecho de que una madre se sienta incómoda haciendo algo tan natural como dar el pecho, que sienta que está molestando, que la van a mirar mal, o que alguien va a mirarla lascivamente es un grave problema que tenemos en esta sociedad.
Las madres se ven recluidas en sus casa a la hora de dar el pecho, y lo que ya es complicado de por si, conciliar maternidad reciente con vida social, se convierte en una misión imposible para algunas.

Nuestra responsabilidad como sociedad es desterrar la hipersexualización de los pechos femeninos, recuperar la importancia y la relevancia de la maternidad y la lactancia, y así poder seguir formando parte de la vida diaria.
Mientras siga dando el pecho, a pesar de que cada día es más la gente que nos mira raro por mantener una lactancia más allá de los 2 años, seguiré preocupándome de que mi hija tenga su teta cuando la necesita, en vez de preocuparme por si la estoy enseñando y alguien se pueda ofender.
Si tu también piensas que esas madres que dan el pecho en público merecen un poco de ánimo, no dudes a animarlas. #noescondastuteta